Con motivo del estreno del telescopio de 12 pulgadas, enfilamos con el coche al caer la noche hacia un paraje de la llamada Sierra Pobre madrileña. Este paraje a medio camino de un puerto de montaña escasamente transitado, apuntaba maneras, aunque si perder de vista que Madrid desgraciadamente es un auténtico farol.
Nos adentramos en un prado con hierbas altas hasta media cintura y nos hicimos un hueco en este paraje entre grillos y chicharras al caer la noche, la cual aunque la temperatura era muy agradable comparads sobre todo con lo pasado en invierno, no apuntaba a ser una noche muy despejada sobre todo teniendo en cuenta las nubes altas que empezaron a vislumbrarse a última hora de la tarde; no obstante, las ganas podían y para allá que nos fuimos.
Empezamos por montar el telescopio, lo cual nos llevó poco tiempo dada la simpleza y portabilidad de éste modelo Lightbridge, lo cual se agradece ya que una vez colimamos no con mucha precisión pero lo suficiente, empezamos a hacer uso. Tenía esta pinta...
Pero ahí estaban las nubes altas... Bueno, con un poco de paciencia y a eso de la medianoche, empezaron a disiparse, por tanto: cámaras, acción...
Lo primero y dado que estábamos a medianoche con el verano a las puertas, fué el Cúmulo Globular M13. Apuntamos al cuadrado de Hércules con el buscador y allí aparecia. Al mirar por el LB12 con el campo que da un Ethos 13mm aparecía estupendo, imagen nítida que conservo en la retina. Se resolvía el centro con calidad suficiente para dejarle a uno con la boca abierta.
Luego y dado que iba despejando y veíamos la figura de Leo con una curiosa alineación de Marte con Régulo en Leo, costó dar con ellas pero dimos con las galaxias de la constelación zodiacal de Leo M65 y M66. Seguía despejando y nos metimos a saco en la Osa Mayor: M 81, M82, M101 (muy tenue), M106, M97, conocida como la Buho y que dejo intuir sus "ojos" con un filtro OIII. Por supuesto, no nos íbamos a ir sin echar un ojo a los Perros de Caza (Canes Venaticorum) y ver la galaxia del Remolino M51, la cual mostraba su núcleo y el de su compañera para la noche que teníamos muy decentemente. De ahí al cúmulo globular de M3 que apuntaba magnífico y no nos defraudó.
De ahí, seguimos hacia lo que nos dejaban las nubes y como ya es casi verano, es lo mismo que decir que por el horizonte aparecen Sagitario y el Escorpión, así que para allá nos fuimos con M4 después de echar un ojo a Antares y su color rojo "infielno" y de allí al Pato Salvaje M11, que daba juego. Como todavía teníamos en la retina a M13, no pudimos resistirnos y volver la vista atrás, así que a la región de Hércules nuevamente tocaba. Después de la nueva pasada a M 13 y recrearnos contando estrellas:-), pasamos a la no menos espectacular M92, siempre una maravilla. Podéis ver imágenes de todos estos objetos en el enlace de Rob Gendler que tengo a la derecha...espectacular lo que consigue con telescopios no profesionales.
La noche avanzaba y para despedirnos nos fuimos al Cisne, probamos para ver como andábamos de colimación con alguna estrella y resistía decentemente, así que nos pusimos a ver el conjunto doble más espectacular, Albireo. Que pasada, dos rodales naranja y azul, de un azul que no es fácil describir, acuoso diría yo...Por último, intentamos los Velos, pero aunque se intuian, la noche no daba para más.
Y hasta aquí, colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
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