domingo, diciembre 13, 2009

Fenómeno en el firmamento del año 1006 DC.

¿Qué ocurrió en el 1006 en el firmamento?.

Las supernovas son estrellas masivas que ya no pueden desarrollar reacciones termonucleares en su núcleo, y que son incapaces de sostenerse por la presión de degeneración de los electrones, lo que las lleva a colapsarse repentinamente y generar, en el proceso, una fuerte emisión de energía. Dentro de los procesos que dan lugar a una supernova, hay un proceso más violento que el anteriormente descrito y el cual es capaz de generar destellos incluso mucho más intensos, como cuando una enana blanca miembro de un sistema binario cerrado, recibe suficiente masa de su compañera como para superar el límite de Chandrasekhar y proceder a la fusión instantánea de todo su núcleo: esto dispara una explosión termonuclear que expulsa casi todo el material que la formaba.
La explosión de supernova provoca la expulsión de las capas externas de la estrella por medio de poderosas ondas de choque, enriqueciendo el espacio que la rodea con elementos pesados. Los restos eventualmente componen nubes de polvo y gas. Cuando el frente de onda de la explosión alcanza otras nubes de gas y polvo cercanas, las comprime y puede desencadenar la formación de nuevas nebulosas solares que originen, después de cierto tiempo, nuevos sistemas estelares (quizá planetas como el nuestro, al estar las nebulosas enriquecidas con los elementos procedentes de la explosión).
Estos residuos estelares en expansión se denominan remanentes y pueden tener o no un objeto compacto en su interior. Dicho remanente terminará por diluirse en el medio interestelar al cabo de millones de años. Estas supernovas pueden liberar varias veces 1044 J de energía. Esto ha resultado en la adopción del foe (1044 J) como unidad estándar de energía en el estudio de supernovas.

Las 3 supernovas que históricamente alcanzaron mayor magnitud fueron:


Es destacable la influencia de la astronomía en China, dada la necesidad de medir el tiempo (común a todas las civilizaciones por otra parte). Tiene unos origenes casi tan antiguos como la escritura. Se han encontrado registros de eclipses y novas en incisiones de huesos del período Shang (aprox. 1500-1000 a.C.). Existen mapas celestes, gnomones, clepsidras, esferas armilares, globos celestes y calendarios de épocas anteriores al inicio de nuestra era. La astronomía era un conocimiento reservado a un círculo reducido de eruditos, puesto que se consideraba que los fenómenos celestes eran reflejo de los asuntos relacionados con el emperador, el Hijo del Cielo, y por tanto el pueblo llano tenía vetado el estudio de los astros.
Los astrónomos chinos, bajo la protección y administración del gobierno, escrutaban el cielo permanentemente y se convirtieron en los observadores más precisos y persistentes de toda la antigüedad. De hecho, las únicas referencias a algunos fenómenos celestes acontecidos entre los siglos V y X de nuestra era que han llegado a nuestros días proceden de crónicas astronómicas chinas.
Parece ser que se ha revisado la documentación existente que se conserva y hay datados más de 10.000 eventos astronómicos entre ellos 270 sobre manchas solares, 300 sobre auroras boreales, 300 sobre meteoritos, 1.600 sobre eclipses de sol, 1.100 sobre eclipses de Luna, 200 sobre ocultaciones lunares, 100 sobre novas y supernovas, 400 sobre lluvias de meteoros y 4.900 sobre meteoros. Además existen cientos de documentos sobre los movimientos de la Luna y los planetas. El descubrimiento en 1967 del púlsar de la Nebulosa del Cangrejo, relacionada con la nova de 1054 que aparece en los registros chinos, despertó el interés. Durante la dinastía Ming (1368-1644) la astronomía perdio interés e influencia, ya que los astrónomos imperiales no fueron capaces de predecir con exactitud varios eclipses solares y lunares con el calendario Datong en vigor, ni tampoco con el calendario musulmán que se utilizaba también como referencia desde 1450. A falta de un método mejor se siguieron usando ambos calendarios, pero hasta la llegada de un jesuita a la corte Ming y el intercambio de información, no se utilizo métodos occidentales en la elaboración de un calendario.

Respecto al fenómeno sin precedentes del 1006, la cita de un astrónomo egipcio Ali Ibn Ridwan da una idea:

“Era tres veces más grande que Venus, y el cielo resplandecía a causa de su luz, que era mayor que la de la Luna en cuarto.”

El 30 de abril de 1006, en la madrugada, se debió encender este farolillo:-)) Podemos hacernos una idea por las fechas y el estar metidos en mitad del medievo lo que puedo suponer. Estremeció al oscuro mundo medieval. Hay relatos en fuentes históricas de Europa, Egipto, Irak, China y Japón. Y teniendo en cuenta su posición en el cielo, podemos estar bien seguros de que también iluminó los cielos de todo nuestro hemisferio, aunque apareció en la austral constelación de Lupus, el Lobo. Aparentemente, los primeros que la vieron fueron chinos y japoneses, poco antes del amanecer del 30 de abril, y a baja altura sobre el horizonte del Sur. Era una estrella amarillenta, y fue ganando brillo hora tras hora, a un ritmo imparable. A los pocos días, ya brillaba como la Luna en Cuarto Creciente. Algunas crónicas cuentan que se veía fácilmente durante el día. Y que durante las noches, su luz era tan intensa que producía sombras muy definidas. Los astrónomos de la corte imperial china hablaban de un ardiente “disco de oro”. En Europa, las descripciones apuntaban en la misma dirección. Y una de las citas más notables se conserva en documentos de un monasterio benedictino de Saint Gallen (Suiza), donde indican: “Apareció una nueva estrella, de inusual tamaño, tan resplandeciente que ofuscaba la vista, causando alarma”. El personal estaba acojxxxo, un francés Alpertus de Mertz, escribió: “un cometa de aspecto horrible, que emitía llamas en todas direcciones”. En china, el emperador Zhenzong realizó sacrificios humanos para aplacar a los Cielos...

Pero, ¿es posible saber a qué categoría pertenecía SN1006?. Parece ser que no es seguro, pero por algunos indicios (como su curva de luminosidad o su color), algunos astrónomos proponen una supernova Tipo I, es decir una enana blanca que "comió mas de la cuenta":-)). Pero parece ser que gracias a los distintos registros históricos que se conservan, fue posible determinar que apareció muy cerca de la Beta de Lupus, bien cerca del límite con Centauro. En los años 70 explorando esa región, los radiotelescopios detectaron los restos de SN 1006 en forma enormes amasijos de gases a una temperatura de millones de grados a 7 mil años luz. Ahí va la foto que hizo el CHANDRA en rayos X del espectacular fantasma cósmico que dejó.




Peaso pelota... Me imagino que esta supernova sería tomada como un terrible presagio celestial, que anticipaba guerra, hambre...vamos las siete plagas de Egipto a la vez:-))...

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