jueves, septiembre 28, 2006

¿Las fuerzas de la Naturaleza modificadas por el ser humano?



Los intentos por controlar las fuerzas de la Naturaleza no son nuevos. Ya en pasadas épocas se trataba de utilizar éstas para distintas causas, incluido como un arma arrojadiza. Prueba de ello fue por ejemplo, el desbordamiento por el ejército castellano del río Ebro en la toma de Logroño para anegar el campamento francés durante la invasión de Navarra (siglo XVI). Más elaboradas y ya situados en el siglo XX, se sabe del empleo del yoduro de plata en la generación de nubes o la utilización de la ionosfera.
Investigadores de General Electric descubrieron que existe una gran similitud entre la estructura cristalina del yoduro de y la del hielo, ya que según la teoría de la epitaxis, dos minerales con elementos químicos distintos que posean cierta compatibilidad estructural, sus cristales pueden unirse en determinadas direcciones. De ahí pensaron que gracias a esta propiedad, el yoduro de plata podría utilizarse como núcleo de condensación, provocando la producción de cristales y generando lluvia por precipitación. Actualmente se utiliza este compuesto en aeropuertos, para eliminar la niebla a ras de suelo y evitar así el cierre de los mismos. También se ha demostrado su eficacia en nubes cuya temperatura está alrededor de los –4ºC para provocar lluvia, por el contrario para la producción de hielo seco solo es eficaz a –40ºC. En la década de los 50-60 en EEUU se creo el Proyecto Cirrus con el objeto de realizar estas modificaciones sobre el clima, obteniendo lluvias moderadas. También se ha investigado sobre el uso de otros materiales higroscópicos (cloruro sódico, urea...) que puedan servir como núcleo de condensación (<20 micras) en nubes cálidas (por encima 0ºC) o incluso inyectar agua pulverizada a presión contra las nubes, generando un tamaño de gotas suficientes para provocar lluvia. A día de hoy, países como Argentina, Marruecos, España, Israel, tienen interés en estas técnicas.
Respecto a la utilización de la ionosfera, ya una de las figuras más eminentes de la física, Nicola Tesla (1856-1943), ideó un sistema de transmisión sin cables basándose en las ondas electromagnéticas como medio de transmisión energética. Dicho sistema usaba la ionosfera para conducir la electricidad, utilizando ciclos de baja frecuencia 6 Hz emitidos por una torre, basándose en la Resonancia de Schumann. Ésta es debida a un conjunto de picos de muy baja frecuencia (ELF) del espectro radioeléctrico de la Tierra, ya que el espacio físico entre la superficie terrestre y la ionosfera (unos 50 km) actúa como si fuese una estructura física que guiase ondas electromagnéticas, llamada guía de onda, la cual debido a las limitaciones físicas terrestres, actúa como cavidad resonante para las ondas electromagnéticas en la banda de muy baja frecuencia (ELF). La frecuencia más baja y a la cual debido a la resonancia, la intensidad es más alta, se ha comprobado que es de 7,83 Hz (estas ondas vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales de los seres humanos y de todos los mamíferos) y no 6 Hz como calculó Tesla, de ahí que éste tuviese que utilizar enormes potencias para sus experimentos. Sobre esto circulan algunas anécdotas donde se le relaciona con la explosión de 1908 en Tunguska (Siberia) y sobre la cual hasta el momento hay muchas hipótesis abiertas, pero ninguna conclusión sobre el origen de la misma. A modo de curiosidad, la cavidad resonante es excitada de forma natural por los relámpagos, y también debe ser tenida en cuenta en el diseño de redes de transmisión eléctrica, ya que un armónico de la frecuencia ELF (entorno a los 60 Hz) provoca problemas en la distribución de la misma.
Pues en sintonia con esta idea de transmisión de energía existen noticias de un proyecto denominado HARRP (High Frequency Advanced Auroral Research Proyect), consistente en 180 antenas orientadas a las capas altas de la atmósfera y con el objetivo de funcionar como una sola emitiendo ondas de alta frecuencia. Estas ondas al impactar con toda su carga energética contra las capas altas de la atmósfera, cambian el medio, creando ondas de baja frecuencia y muy baja frecuencia. De esta forma las antenas al emitir estas ondas a las capas altas de la atmósfera, hay opiniones que creen que afectaría a las grandes corrientes eléctricas que fluyen a esas alturas y que son generadoras de las perturbaciones magnéticas que dan origen a las auroras boreales, conocidos como electrojets aurorales. Según algunas opiniones, estas antenas tendrían como objetivo acercar los electrojets a la Tierra para utilizarlos a modo de gran estación generadora, afectando así al clima, tal y como ocurre cuando durante el transcurso de una tormenta, llegan a entrar en contacto con la superficie terrestre, afectando a los sistemas eléctricos y de comunicaciones. Existen teorías sobre el calentamiento que puede suponer para la ionosfera el comunicar grandes cantidades de energía y los negativos efectos que puede generar para el clima, así como la manipulación del mismo presentando un panorama apocalíptico, ya que con determinados usos podría lo mismo intensificar lluvias en zonas secas del planeta como generar devastadoras tormentas, calentamiento de una zona concreta del planeta para aprovechas tierras de cultivo o prolongar sequías en lugares áridos y con mayores problemas de abastecimiento de agua.Una vez más, depende del uso que se de, pero en mi opinión respecto al yoduro de plata me sorprende no haber localizado ningún artículo sobre la contaminación provocada por la precipitación del yoduro de plata; y en relación a los efectos de alta concentración energética en las capas altas de la atmósfera, recuerdo la teoría de estudio del clima que dieron origen a la teoría de los sistemas caóticos.

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